El jueves 27 ha sido increíble.
Pensándolo bien, a una semana de distancia, las emociones son todavía tantas. Trato de recomenzar pero la sensación de haber hecho algo bello junto a tantos amigos, existe y es hermoso.
Debo todoa este grupo: los clientes históricos, los proveedores con los que dialogamos y discutimos animadamente cada día, los colaboradores y amigos, todos reunidos alrededor nuestro para festejar el cumpleaños de BertO.
Festejar #Berto40 significa justamente esto: dar a cada protagonista de nuestro crecimiento el merecido reconocimiento.
Hasta unos minutos antes de comenzar mi discurso me sentía en medio de una gran confusión, quería transmitir el orgullo de pertenecer a una historia construida ladrillo tras ladrillo, con el sacrificio de todos (también fueron días difíciles, entre clientes, entregas y la prisa habitual antes de la Navidad).
Así, sin casi darme cuenta, me he encontrado frente a 200 personas que esperaban escuchar mis palabras, sin que realmente me hubiera preparado y con el corazón en la garganta.
Pero como por arte de magia, una vez cogido el micrófono, me he percatado que todo lo que quería decir salía de modo claro y fuerte. Que sabia qué cosa y a quién dar las gracias por aquel jueves 27 increíble.
Creo de haber logrado tocar el corazón de muchos con mi relato y con la dedicatoria en recuerdo de mi padre, al que debo y debemos todo.
Y con orgullo he podido premiar a “mis” muchachos, muy emocionados, frente a un público tan maravilloso. En definitiva, he sido muy feliz al recibir de sorpresa, con mi tío al lado, una placa con dedicatoria de parte de todo ellos.
Nos hemos merecido festejar estos 40 heroicos años, seguiremos reflexionando con #BertO40 mirando nuestro pasado para hallar cada día el sentido de nuestro presente y de nuestro futuro.
¡Una vez más, Gracias a todos!
