El lunes 13 de junio participé en la reunión Itálicos: El nuevo Commonwealth como factor de negocio para las empresas italianas en los mercados extranjeros.
La reunión, organizada en el precioso marco de Villa Reale Monza, estaba promovida por Globus et Locus, Voices from the Blogs, CSIL –el Centro di Studi Industria Leggera─, el Centro AltreItalie y Edimotion.
El encuentro tenía como objetivo debatir sobre los resultados de la investigación Italic Network. Una nueva aproximación a los mercados extranjeros para los productos italianos del diseño, en la que la comunidad de los Itálicos fue protagonista.
Empezamos definiendo quiénes son los Itálicos.
«Son los ciudadanos italianos de Italia y de fuera de Italia, pero también los descendientes de los italianos, los italófonos y los italianófilos, estudiantes, empresarios: una comunidad global formada por cerca de 250 millones de personas en el mundo, a las que la globalización aporta significados y potenciales nuevos.
Pueblos en cierta medida posnacionales, marcados por identidades, pertenencias y ciudadanías declinadas en plural, caracterizadas por la mezcla de culturas, productos, modos y medios de producción.
Si pensamos en actividades y sectores en los que siempre se ha distinguido el empresariado itálico, como la moda, la gastronomía o el diseño, surgen algunos elementos característicos, como el sentido estético, el buen gusto, el saber hacer, la tensión hacia la belleza y la capacidad de utilizar los diversos estímulos y reelaborarlos de forma innovadora».
Me quedé sorprendido una vez más con el trabajo de Piero Bassetti que también esta vez consiguió impresionar e implicar a todos.
Ha elaborado una nueva visión del futuro del Made in Italy y en especial de la región brianzola de la madera y el mobiliario, cuyo modelo hoy se está debatiendo enérgicamente.
El diálogo entre Made in Italy y diseño se elabora con un nuevo enfoque, capaz de crear una red fidelizada que identifica en el mundo núcleos donde están presentes comunidades itálicas para transformar en plataformas de distribución para sectores de negocios, pero también capaces de tener a su disposición un mercado de cerca de 250 millones de personas.
Por lo tanto, el desafío propuesto por Piero Bassetti y por el equipo que ha llevado a cabo la investigación es aprovechar las oportunidades de un “sistema de valores común” y pensar en él en términos de negocio para favorecer cada vez más su proceso de integración en una comunidad mundial. A través de la organización de la sociedad civil y la formación de una clase dirigente se puede llegar al tema político, a la capacidad de influenciar el proceso de toma de decisiones en su nueva dimensión global.
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