Ya hemos dicho que ese rincón de exposición BertO con el tocadiscos, los vinilos y las cervezas –en realidad- ha nacido más de una pasión que de una valoración de factores como la moda y las tendencias.
Sencillamente es algo que ha surgido dentro de nosotros, la idea de un lugar – dentro de nuestra exposición -, dedicado a algo diferente de la venta, del showroom y de la valorización de nuestros sofás, sillones y camas.
Un lugar que hable de otras cosas: música, gustos, sugestiones. Sueños.
Sueños, sí, porque es razonable incluso soñar sentados cómodamente en un sofá capitoné negro mientras con el tocadiscos escuchamos a los Ramones y nos tomamos una cerveza artesanal fresquita.
Y hoy – al leer este artículo de Repubblica.it – descubrimos que el pequeño gran sueño que hemos realizado en Meda, de alguna manera se acerca de forma importante a un nivel cultural y a un entretenimiento relacionado con los vinilos, con los clubes, con la forma de gozar de todo esto, que nos llega nada más y nada menos de Londres.
Se trata de los Record Club, pequeños locales que – en los años 50 y 60 las discográficas abrían en Londres y en sus alrededores para facilitar la promoción de los discos que imprimían.
Lugares en los que escuchar música, pinchando el LP que te atraía más, óbviamente tomando una copa.
A lo mejor se te ocurría comprarte el disco o puede que no.
A lo mejor se te ocurría otra cosa, inspirándote en esa música, en la experiencia de ese momento.
(Nosotros también hemos pensado en que “igual se te ocurre comprarte el sofá”, pero incluso si no se te ocurre y nos cuentas en qué estás pensando o incluso vuelves con la guitarra para tocar tus canciones, igual nos vamos a alegrar).
Poco a poco los Record Club quedaron atrás, y a lo largo de varios años nadie más volvió a pensar en ellos.
Hasta que…alguien se cansó de dedicarse a un trabajo insensato con ritmos insensatos en quehaceres insensatos y se acordó del placer de estos lugares, cercanos a la pasión por la música, de forma sencilla, una forma cercana al disfrute de la vida.
Y ha vuelto a abrir un Record Club, renovado en base al espíritu del 2016, que evidentemente es diferente con respecto al del año 1960. Pero lo bueno ha sido salvado.
Así que aquí os contamos lo que les pasa a los que se apuntan a un Record Club inglés, hoy:
– Se llevan un LP original, de artistas seleccionados y apreciados
– Se llevan una selección de vinos y/o cervezas especiales, que se acoplan al ánimo de esa música
– Entran en una comunidad que promociona a los artistas independientes
Lo que nos gusta de todo esto no es el hecho que – por casualidad, que quede claro – nos vemos involucrados en algo muy similar a un nuevo fenómeno cultural , aunque nos pueda alegrar.
Lo que de verdad nos gusta de los Record Club es que son asociaciones de personas.
Asociaciones de personas.
No hay nada tan hermoso como un grupo de personas que se vuelve a reunir , en nombre de una pasión común
BertoLive ya está viva y activa desde hace unas semanas, y nos complace mucho deciros que los que se han acercado, han reconocido en esta pequeña área, un lugar de la pasión: la música, la cerveza, el diseño… pero también el estudio, los libros.
Pronto tendremos novedades interesantes en este sentido, pero ahora vamos a pinchar un vinilo, porque – como dice República en el artículo mencionado – poseeer y escuchar un vinilo es algo especial:
“Poseer y pinchar un vinilo es una experiencia incomparable. El sonido, difíicl de describir con palabras, tiene una profundidad y una riqueza superior, especialmente para canciones que, en su origen, han sido grabadas para ser impresas en vinilo.”