Todos lo sabéis bien, hemos hablado de ello muchas veces: estamos escribiendo nuestro primer libro.
Esta publicación, que estamos realizando incluso con aportaciones externas, tiene un objetivo concreto, basado en algunas palabras clave, que según nuestro parecer, pueden representar una referencia para los que desean vivir alegremente la pasión por su trabajo (¡este es justamente el subtítulo que hemos elegido!).
Los conceptos clave descritos por estas palabras clave son 74, para recordar ese #Espíritu del 74 que nos guía, desde que se fundó nuestra Empresa.
Así que, hoy también os proponemos una de las 74 palabras que entrarán en el libro.
Una “keyword”, como dicen los del marketing.
Una palabra que nos pide que salgamos del taller, que salgamos de la exposición y que salgamos de nuestro lugar de trabajo.
Salir de nuestra habitual zona de confort profesional – sea cual fuere – y … subirnos a la furgoneta.
Desde la perspectiva de la furgoneta (y casi siempre se logra subir a ella después de cargar a duras penas unas cuantas toneladas de productos), el mundo de la exposición, con sus luces bajas y la música de fondo, parece lejano y sin importancia alguna.
El mundo del artesano, con su minuciosidad de sastrería, su relación al borde de lo exotérico con el corte, la costura y el acabado, parece un desafío de épocas muy antiguas.
El mundo de las relaciones comerciales y de las relaciones en general,además, con su mezcla de interacción y logaritmos, es como un planeta desconocido para el ser humano.
Todos se quedan allí, sin subirse a la furgoneta.
Arranca y vámonos.
En nuestra empresa, cargar una furgoneta y arrancar, con la idea de tocar el timbre del cliente a la hora programada por los compañeros del Customer Care, no es un trabajo.
Es la misión de un superhéroe disfrazado de chófer.
¿Por qué un superhéroe?
Porque, a fin de cuentas, es el que conduce la furgoneta que llena la última milla que separa las espectativas del Cliente con el objeto de sus deseos.
Esto también se aplica a las entregas en el extranjero, con nuestros transportistas. Gracias a ellos,efectivamente, sabemos que podemos proporcionar el mismo servicio che ofrecemos a los clientes a los que entregamos directamente. Los seleccionamos por fiabilidad, seguridad, comunicación, con la certeza de dejar en muy buenas manos vuestros sofás de camino desde Italia hasta el resto del mundo.
Es el que conduce la furgoneta el testigo de la hora de la verdad: el momento en que un producto BertO entra en casa, y entra en la vida real de esa familia, en el lenguaje de su día a día, en sus recuerdos futuros.
Es el que conduce la furgoneta que sabe presentarse con delicadeza y amabilidad, tras haber desafiado atascos y carreteras, tras saltarse las comidas, tras haber respetado los límites de velocidad y ….. tras encontrar aparcamiento.
“Buenos días Señora, estamos aquí para entregarle su sofá Berto”.
“¿Qué?¿Ya estáis aquí?”
(La mayoría de las veces, cuando tiene lugar esta conversación, nuestro chófer ya lleva allí 20-30 minutos. Solo así es posible ser puntuales al conducir una furgoneta, quién lo ha hecho, lo sabe).
Conducir una furgoneta es un acto de heroismo cotidiano.
Como el de atender a un cliente en la exposición. Como el de gestionar un informe en una red social. Como el de realizar un acabado capitoné en un sofá Chesterfield, desde el principio hasta el final.
Nosotros lo sabemos, y no olvidemos a los que, en este momento, están conduciendo una furgoneta con la marca BertO en los laterales.