Hay decisiones , en la vida de una empresa (y de un empresario) que se toman a raiz de factores que no tienen nada que ver con el tema económico, con las estrategias comerciales o con la producción.
Son decisiones que están íntimamente ligadas a un deseo profundo y ancestral de realizar algo positivo, fuerte, importante. Estas acciones obedecen a un instinto y no a un razonamiento.
Como gritar.
¿Por qué hablamos de gritos?
Sencillamente porque el lugar que estamos a punto de presentaros es un lugar en el que el grito es algo muy actual: tanto el grito en sentido estricto (¡y musical!) como el grito metafórico, el que nace dentro de cada uno de nosotros y que no se puede reprimir porque es una voz muy auténtica , que sale de las entrañas, es algo tan profundo que puede que ni siquiera nos demos cuenta de él.
¿Somos sombríos? ¿Somos raros? ¡Qué va!, es solo que… ¡no queremos arruinar la sorpresa!
Estamos preparando para vosotros algo especial, algo que – justamente – nace de un profundo deseo de gritar a todo el mundo nuestra pasión, nuestra forma de ser y… sí: nuestra forma de sacar adelante una empresa.
Hemos aprendido a nuestra costa lo difícil que es llevar una empresa que sepa moverse en el mercado,según las lógicas vigentes, dominantes. Pero nunca hemos olvidado lo que somos dentro, lo que sentimos en nuestras entrañas, cuáles son las características que nos distinguen del resto.
Lo que os presentaremos en breve es esto justamente: un trocito de nuestro ADN. Porque estamos convencidos de algo: y es que nuestra empresa no puede ser diferente de sí misma.
No lo era cuándo se fundó en los años 70 por parte de dos personas increíbles, no lo es actualmente por sus peculiaridades y no lo será nunca, simplemente porque está hecha por nosotros.
Os esperamos dentro de muy poco tiempo, ¡cuándo nuestro grito estará listo para salir!