Trescientas seis manos. Un vanessa4newcraft.

7 de junio de 2016. Un día que recordaremos para siempre.

7:00 horas: reunión en el taller para coger las últimas herramientas, cargarlas rápidamente en la furgoneta y meterse en el tráfico de la carretera Milán-Meda. Están presentes King Flavio y Filippo Berto.

7:52 horas: el primero ya ha llegado a la fábrica del vapor. Carlo Alberto espera poder entrar y ver cómo será el resto del día.

8:24 horas: Filippo y King Flavio entran en la Catedral sede de la exposición New Craft, recibidos por Sara. Se sientan en la mesa central y, ansiosos por empezar, hacen las primeras pruebas. Encorda y deshaz. Extiende el denim, enrolla el denim. Prueba el compresor, busca un enchufe libre, desenchufa el compresor.

Poco después llegan las cámaras, Mariann y Valentina. Llegan Bruno Rho y Pietro Virzi. Llegan con un ritmo que desciframos más tarde, preguntándonos qué era esa sensación de sacralidad que rodeaba la mesa de trabajo. Y es gracias a cada uno de ellos que hemos llegado hasta el final.

A las 18:00 horas, la magia: una hora apretadísima, cinco personas trabajando al mismo tiempo, subidas al sillón, apoyadas por un corrillo que se había creado alrededor, estrecho, acalorado, nervioso y estupefacto. No se abandona. No se abandona precisamente ahora. Ya casi estamos.

Le toca a Stefano Micelli, precedido por Giorgio Berto que, como un sherpa, le indica el camino para situar las patas y fijarlas con el atornillador eléctrico. Se avanza con rapidez, se avanza con seguridad.

Después, como en una suspensión mística, aparece. Aparece ante los ojos de todos.

Es ella. Es vanessa4newcraft.

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