En toda actividad económica hay un componente monetario.
En muchos niveles y en todos los ámbitos, este aspecto está presente, y no hay decisión empresarial que no sea cuidadosamente examinada en este sentido, nunca.
Esto no cambia, sea cual sea el negocio, profesión u oficio del que hablemos.
Sin embargo, lo que sí cambia es la actitud hacia el valor económico.
Esta actitud puede variar mucho… todos conocemos a personas con una actitud claramente marcada en este sentido, quizá orientada al ahorro excesivo o, por el contrario, al gasto despreocupado.
No es nada fácil mantener el equilibrio económico de una empresa, y este difícil ejercicio depende en parte del enfoque de quienes la dirigen, respecto a este valor tan importante y delicado: el dinero.
Ninguno de los que trabajamos en BertO hemos «nacido sabiendo», como se suele decir, pero hemos tenido la gran suerte de aprender del saber hacer y la habilidad de dos maestros que no solo eran artesanos, sino también maestros de la vida.
Nos referimos a nuestros fundadores Fioravante y Carlo Berto.
A ellos y a todo lo que han hecho para poner en marcha nuestra empresa y desarrollarla está dedicado nuestro libro «El Espíritu del 74 – 74 palabras clave para vivir con felicidad la pasión por el trabajo propio».
Como indica el título, hemos encontrado 74 palabras clave (tomando como referencia simbólica el año de fundación de BertO, 1974) para rendir un homenaje concreto y duradero, con toda la fuerza simbólica de un libro, a Fioravante y Carlo.
Y en este pequeño tratado sobre «la vida y el trabajo», que pretende explicar de forma ligera pero no superficial las formas y pensamientos para afrontar mejor una vida laboral con pasión y felicidad, también hablamos de ello.
Y en la página 37 se menciona así de forma aparentemente contradictoria:
Dinero
No creas a nadie que diga que no es importante (ni a quien diga lo contrario).
Pero, entonces, aclarémonos, ¿es o no es importante?
Esa es precisamente la cuestión.
Fioravante y Carlo, durante los muchos años que dirigieron la empresa que fundaron, nos mostraron en múltiples ocasiones la duplicidad de este valor: tanto su importancia indiscutible como su carácter relativo, por así decirlo, mostrando siempre un enfoque capaz de ver más allá.
En otras palabras: nos han enseñado que el dinero no es un valor absoluto, sino relativo.
Porque los valores absolutos, los que siguen rigiendo el día a día de nuestra empresa, son el trabajo, las personas y el futuro.
El dinero, por muy importante, e incluso indispensable que sea, es un factor relativo a estos conceptos absolutos, que rigen el funcionamiento diario de nuestra empresa.
¡Por eso es bueno no olvidar lo importantes que son, pero al mismo tiempo recordar que no lo son tanto!
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